Blog del Doctor Cabau

Terapia Integral Planificada

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UN VIAJE DE IDA Y VUELTA

einsteinSi hacemos un poco de historia, nos daremos cuenta que todas las culturas ancestrales e indígenas, consideraban el Universo como una Unidad o Circulo, donde todo estaba conectado con todo, siendo el hombre su centro. Según este modelo, todos los seres estaban unidos y la mente no estaba separada del cuerpo. En esas culturas tan «primitivas», tenian muy claro que materia y energía eran la misma cosa. Era el paradigma de la conciencia global.

EL COMIENZO DE LA SEPARACIÓN. EL VIAJE DE IDA

Fue en el siglo XVII, cuando René Descartes, afirmó que el Universo estaba regido por leyes previsibles, iniciando un cambio de paradigma hacia un modelo mecanicista del Universo. Pero la cosa fue mas allá; porque al darse cuenta que el pensamiento humano (mente), poseía tal cantidad de variables que no podían encajar en ninguna ley física, declaró que la mente estaba fuera del alcance de la investigación científica. Con esa simple afirmación la lio parda, porque la mente al ser «un instrumento de Dios«, pasó a ser competencia de la religión …

Así pues, se pasó a un SISTEMA DE CREENCIAS DUAL: por un lado, estaba el estudio de la materia que correspondía a la CIENCIA, mientras que por otro, el estudio del pensamiento humano (energía) correspondía a la RELIGION.

MÁS LEÑA AL FUEGO

Más adelante, Isaac Newton perpetuo las ideas de Descartes, al afirmar que podíamos determinar, calcular y predecir las formas ordenadas con las que el mundo físico funcionaba. Describió el cuerpo humano como una máquina con dos motores: el corazón y el cerebro. Ese modelo de separación y aislamiento, estaba exclusivamente centrado en la materia, ignorando el papel de la energía (pensamiento).

Descartes y Newton, consolidaron una forma de pensamiento o paradigma científico-mecanicista, según el cual, la realidad estaba predeterminada y gobernada por principios mecanicistas, donde todo lo que ocurría era por alguna razón concreta. En consecuencia, el hombre estaba desposeído de cualquier poder, y apenas podía influir en los resultados. Todo estaba predeterminado.

EL INICIO DEL VIAJE DE VUELTA

Fue Albert Einstein, quién en 1905 con su famosa ecuación, demostró que la materia y energía son la misma cosa y que son totalmente intercambiables. Einstein inició el viaje de vuelta al paradigma «primitivo».

Sus teorías socavaron el modelo dualista cartesiano/newtoniano, al demostrar que los componentes esenciales de nuestro llamado mundo físico — los átomos —, son tanto ondas (energía) como partículas (materia física), dependiendo de la mente del observador. Así, con el paso del tiempo, la física tradicional fue agotando sus argumentos, hasta que hace aproximadamente 90 años surgió la física cuántica como el nuevo paradigma de la ciencia de la conciencia, pasando de estar exclusivamente centrados en la materia (paradigma científico-materialista) a prestar atención a la energía.

LAS CONSECUENCIAS DEL VIAJE

Durante generaciones, el ser humano ha estado desposeído del poder de sus pensamientos, y la humanidad entera, ha creído que la naturaleza del Universo era ordenada, y por tanto, previsible y explicable. Los humanos, nos hemos considerado que somos el efecto de múltiples causas, tratando de controlar cualquier resultado y aceptando que el mundo exterior domina nuestro mundo interior.

Incluso hemos llegado a renunciar al libre albedrío — que no significa hacer lo que a uno le de la gana —; sino tomar conciencia de que poseemos la capacidad de poder elegir lo que queremos pensar (es decir, donde poner la atención), y además darle a lo que nos pasa, el significado que decidamos. Por lo tanto, el poder es nuestro —interno— y no del mundo exterior. Cedemos nuestro poder a cualquier persona o circunstancia ajena a nosotros, limitándonos a reaccionar, asumiéndonos como el efecto de cualquier causa.

Cuando ante cualquier síntoma — como por ejemplo una depresión —, nos hacemos la pregunta de por qué nos pasa lo que nos pasa, nos estamos conduciendo como «newtonianos» al dar por hecho, que ha sido una causa externa a nosotros, la que nos ha provocado el efecto de la depresión. Como explique en el lenguaje y significado del síntoma, el psiquismo nunca tira piedras contra el propio tejado. Lo que hace el síntoma, es alertarnos de que algo interno no funciona bien. Nosotros somos siempre la causa que provoca el efecto. Tendríamos que ser capaces de pasar del por qué me pasa tal o cual cosa, a preguntarnos el para qué de lo que me ocurre y qué debo aprender de ello. Aquí viene muy al caso aquello de que «el enfermo no es una víctima inocente de errores de la Naturaleza, sino su propio verdugo«.

UN EFECTO COLATERAL: LA «VICTIMITIS»

Aunque han pasado siglos, aún hoy en día muchas personas siguen sometidas al viejo paradigma, ignorando su propio poder — el de sus pensamientos—, y comportándose como pobres VICTIMAS de las circunstancias. Como profesional, todos los días tengo que trabajar con pacientes que sufren de «victimitis«. Básicamente se trata de una epidemia que se caracteriza porque el que la sufre, no ve la propia responsabilidad en nada de lo que le ocurre en su vida (él pasaba por ahí). Puede echarle la culpa a los genes (abuelos), a la educación que ha recibido (padres), a la sociedad en la que vive (políticos), etc, etc.

Debemos aprender a dejar de ser el efecto de todas las causas, para pasar a causar efecto o de manera más sencilla: pasar de ser reactivos (limitados a reaccionar a los otros o a las circunstancias), a ser activos (hacer que las cosas ocurran).

1 Comment

  1. La ciencia actual está demostrando lo que muchos místicos decían miles de años atrás.<br />El proceso de verificación tomará tiempo, pero cambiará la visión que tenemos de la realidad y de quiénes somos y cómo funcionamos<br />Muchas gracias

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