Blog del Doctor Cabau

Terapia Integral Planificada

CENTRO DE PSIQUIATRÍA DINÁMICA
(CPD)
C/ General Pardiñas, 52 Bajo Izda.
28001 Madrid
+34 91 4025979
cpd@doctorcabau.es

Search results: "fotografía"

LA FOTOGRAFÍA EN PSICOTERAPIA (y V) CASO PRÁCTICO

Esta foto titulada «las familias«, está constituida por formas naturales sociales que configuran dos grupos familiares. Ambos delimitan el espacio, como forma biológica primaria de reacción de sobresalto frente a la naturaleza hostil (fuerte ráfaga de aire junto al acantilado).

Como vehículo expresivo predominan los cuerpos y la distribución del espacio. 

Como relaciones entre las formas destaca la fuerte complementariedad madre-hijo de máxima protección y contención (la madre a pesar de tener las piernas y la pelvis adelantadas y estar embarazada, logra «dar cabida» al niño, cerrando un vínculo simbiótico-contenedor), mientras que el otro grupo familiar, no logra consolidar un círculo defensivo y más bien se sugiere un enmarañamiento sin cohesión de grupo (expresando temor en la configuración de su espacio).

En cuanto al espacio, el manejo de la altura es diferente: la mujer embarazada se mantiene erguida, sugiriendo un mayor control yoico de la situación, con un código intraespecie de protección de la prole. El otro grupo familiar pierde altura, se despliega en círculo y cunde el pánico buscando alturas más regresivas al quebrarse la verticalidad de sus miembros. Miran al suelo como seguridad ancestral y referencia segura.

Sabemos que los elementos yoicos están simbolizados en las «zonas altas» (observación, vigilancia, estrategia), mientras que en las «zonas bajas» predominan los procesos más regresivos y emocionales.

En la foto, se delimitan claramente dos configuraciones: la mujer embarazada con su hijito, configura una linea vertical y el grupo familiar sugiere la formación de un círculo que confluye en la niña, apartándose del abismo que supone el acantilado (sálvese quién pueda).

Se trata de una imagen cargada de tensión-movimiento: la mujer embarazada sigue la  deambulación con un movimiento de torsión expresado por la posición en planos distintos de los centros de equilibrio (pelvis adelantada y hombros más atrasados). En el grupo, hay mayor movimiento. El niño, guiado por la madre, inicia la marcha sin tensión conectado con su núcleo del Yo. La madre muestra una gran torsión corporal, con la mitad superior del tronco buscando apoyo y la otra mitad disociada en plano diferente.

En la niña hay una fuerte tensión muscular y en el abrazo del padre se refleja una gran oposición de formas, puesto que el abrazo puede ser de protector o de necesidad de ser protegido.

Como estudio semiológico, es importante destacar la existencia del acantilado y el viento, como símbolos de las fuerzas incontroladas de la naturaleza.

La foto es interesante porque fue espontánea. Los seis protagonistas iban paseando junto al acantilado, cuando de pronto fueron alcanzados por una fuerte ráfaga de viento. En ese mismo instante cada grupo familiar se dividió como respuesta de protección ante la hostilidad natural. La mujer embarazada con el niño en brazos, constituye una familia y el matrimonio y los dos niños se conforman como grupo aparte.

Ante un estimulo hostil cada persona de la fotografia ha respondido de una manera peculiar. Ha habido una «dinámica vincular» que nos habla de ellos y de la relación entre ellos.

¿Qué nos llama más la atención en esta fotografía? Seguramente el contraste entre la serenidad y protección de la madre al hijo (contiene y abraza al niño, cerrando un círculo contenedor, a la vez que se vincula con una mirada de petición de ayuda hacia el que está haciendo la foto que es su marido). En el otro grupo hay confusión. Todos convergen hacia la niña, el padre no se sabe si protege o se protege y la mujer no encuentra soporte en el hombre, mientras el pequeño escapa.

LA FOTOGRAFIA EN PSICOTERAPIA (y IV) CASO PRÁCTICO

En este artículo quiero a través de un caso práctico, plasmar los aspectos teóricos que he explicado en anteriores artículos (FICHA 17, FICHA 18 y FICHA 22).

En esta foto titulada «Mi abuelo y yo«, se pueden ver dos formas naturales psicológicas cuya expresividad se centra en el cuerpo. Mas concretamente en las mirada de ambos. El anciano mira directamente al objetivo de la cámara y el niño un poco más arriba (al fotógrafo que en este caso era su padre).

La expresividad también se centra en la convergencia de los cuerpos hacia la línea media de la foto. La mirada y la presión de la mano derecha del niño sobre su abuelo, sugiere que ese contacto corporal está mediatizado por la “sugerencia” del fotógrafo, apreciándose en el niño gran voluntariedad para cumplir con la consigna. Se establece gran complementariedad entre el niño y el fotógrafo, mostrándose entre ambos unos roles bien desarrollados.

El “texto” de la foto queda significado por el “contexto” de la ausencia significativa del fotógrafo. Se trata de una foto bicorporal y tripersonal, puesto que hay dos formas presentes y una ausente que da significado a toda la escena. Entre el niño y el abuelo se establece una relación YO-YO puesto que aunque existe contacto corporal no tienen roles vehiculizantes (ambos están posando para el fotógrafo).

Una vez descrita la sintaxis de la imagen, veamos algunas posibles aplicaciones clínicas:

Se trata de una foto donde aparecen las tres generaciones de descendencia masculina, por lo tanto es una imagen de gran potencialidad de información significativa.

Se hace crucial para el análisis saber quién trae la foto como paciente.

Vamos a imaginarnos algunas posibilidades:

1.- Si el paciente es el fotógrafo hay que estar muy alerta al comentario de la foto. Podría mostrarla con orgullo diciendo algo así como. “traigo esta foto porque me encanta lo bien que se llevaban los dos”.

2.- Si es el niño, hay que ver la “preocupación” que muestra por agradar al padre y por cumplir lo que de él se espera, confirmando si ese tipo de vínculo se ha mantenido durante su vida.

En la foto vemos, que aunque el niño se vincula físicamente con el abuelo, la verdadera vinculación emocional se establece con el padre a través de la mirada que no es a la cámara, sino “un poco más arriba”.

El niño, puede mostrar la foto diciendo: “traigo esta foto porque es muy agradable para mí. En ella se aprecia claramente el amor que sentía por mi abuelo”. Al terapeuta le puede llamar la atención la disociación del niño (formas opuestas), manifestada en su mano derecha que contiene-dirige al abuelo y la mirada al padre. Es una disociación que puede responder a múltiples significados. Significados que el terapeuta tiene que indagar con el paciente: ¿Se trata de un niño sumiso? ¿Es excesivamente responsable?, etc.

Es posible que ese afecto hacia el abuelo sea real, pero no es menos cierto que la foto “habla” de otra manera, puesto que relata que el niño está totalmente vinculado y entregado a la relación complementaria con el padre-fotógrafo. Todo esto puede hablar de un buen vínculo paterno filial, pero también nos puede mostrar una parte de la historia vincular con la figura paterna. En cualquier caso, los señalamientos oportunos por parte del terapeuta, sobre las diferentes posibilidades de lectura de la imagen, le ayudarían al niño-paciente a ratificar, rectificar o enriquecer su visión de la relación que ha tenido o tiene con esas figuras de referencia.

Si el motivo de consulta tuviese que ver con la relación conflictiva con el padre, esta foto permitiría comenzar un rastreo de la historia con sus vicisitudes vinculares (exploración genética del conflicto). Para ello, solicitaríamos una segunda serie fotográfica de fotos con el padre.

En esta fotografía la clave está en el análisis del espacio y más concretamente en la direccionalidad de las miradas. El abuelo mira a la forma social de la cámara y el niño a la forma natural ausente-presente que es su padre y que condiciona y significa toda la fotografía.

LA FOTOGRAFÍA EN PSICOTERAPIA (Y III) (FICHA 22)

Como continuación de los artículos anteriores (FICHA 17 y FICHA 18), voy a hablar de las múltiples variaciones que existen, entre lo que “se dice” en la autobiografía y lo que “se ve” en las fotografías. Es posible que un paciente dedique en su biografía, especial interés a una determinada época y luego no haya ningún soporte fotográfico de la misma. También puede haber personas muy “presentes” en la Tira Fotográfica que sin embargo, estén “ausentes” en su biografía.

 
En ocasiones, puede ocurrir que un alto porcentaje de una Tira Fotográfica esté dedicado a su “prehistoria” (antes de nacer) y en otros casos, es posible que no figure ningún registro fotográfico de hechos o personas importante en la vida de cualquiera (padres, hermanos). Me parece muy rico confrontar la imagen mental que nos hacemos de los personajes del Universo de los pacientes, con la imagen objetivada en las fotos: ¿la imagen que nos ha transmitido el paciente de determinada persona, es consonante con lo que estoy viendo?, ¿qué es lo que me sorprende de este personaje? Todo esto nos centra más en la tarea evitando en mayor grado las distorsiones contratransferenciales.
 
El material aportado permite:
 
1.- Correlacionar el motivo de consulta con las fotos y el grupo interno (como conjunto de imágenes ligadas a experiencias vinculares, con personas significativas en los primeros años de la vida que van creando nuestra identidad), con el grupo externo objetivado, preguntándonos hacia que tipo de grupo interno nos lleva su historia fotográfica.
 
Parto de la base que las personas, los lugares y en general todos los contenidos de las imágenes que nos traen los pacientes, tienen que ver con ese grupo interno, existiendo una resonancia empática entre el grupo interno y el grupo externo objetivado en la foto. Esto es lo que permite que el paciente “seleccione una determinada realidad y no otra”. En este sentido el título y los comentarios, actúan como códigos o nexos de unión entre esos dos mundos. Títulos como “mi aburrido padre”, “la casa grande”, “el deseado”, “mi paraíso perdido”, etc.… se comentan por sí solos.
 
2.- Realizar un trabajo de confrontación entre lo que “dice” el paciente y lo que se “ve” en su Tira Fotográfica. Esto permite analizar las “distorsiones” entre la imagen externa objetivada en la foto y su imagen interna. Por ejemplo, nos puede decir que adoraba a su padre y este no aparecer en ninguna de las fotografías que nos trae.
 
3.- Un trabajo complementario de hemisferios cerebrales, porque mientras el estímulo fotográfico incide sobre el hemisferio derecho, la comprensión de la imagen se efectúa gracias a los recursos cognitivos del hemisferio izquierdo.
 
4.- Estudiar la evolución del ciclo vital del paciente (nivel vertical-histórico) y a la vez explorar los vínculos con sus “otros” más significativos (nivel horizontal-prospectivo), mirando el pasado para comprender el presente y proyectar el futuro.
 
5.- Desde la psicología evolutiva apreciar discontinuidades en el ciclo vital fotográfico, visualizando “fracturas” históricas. En una Tira Fotográfica pueden aparecer por ejemplo, épocas sin respaldo fotográfico y otras saturadas de ellos.
 
6.- Una búsqueda de redundancias: Consiste en que una vez situada la Tira Fotográfica, ver si existen fotos aisladas o secuencias fotográficas que permitan captar y analizar situaciones repetitivas, y por lo tanto redundantes del protagonista de las mismas.
 
Una paciente me mostró una foto con su hermana cuando tenían 7 y 5 años respectivamente. Se veía que ella se refugiaba detrás de su hermana, con una expresión de gran pasividad y bloqueo, mientras que la hermana reflejaba gran conexión con el ambiente. En otra foto del día de la boda de la hermana, se veía a la paciente, con los ojos cerrados junto a ella vestida de novia (no olvidemos que fue ella la que seleccionó esas fotos). La paciente seguía “sin querer” comunicarse con el mundo, permaneciendo igual de pasiva y evitativa que hacía 20 años.
 
Desarrollo técnico de la imagen
 
Al material fotográfico de nuestros pacientes debemos tratar de sacarle el máximo partido. Para ello, gracias a diferentes técnicas podemos facilitar la activación y logro de “insights” cognitivos y afectivos. Entre las técnicas utilizadas merecen especial atención las siguientes:
 
1.- Soliloquios: Técnica de movilización que consiste en que el paciente “encarnando” uno o varios personajes de las fotos, exprese en voz alta lo que están “pensando o sintiendo” esos personajes. Tiene que expresarse desde el rol que representa y no desde su posición actual. Esta técnica permite explorar lo que proyecta en el otro (rol inducido) y lo que identifica como propio (rol asumido), junto con los vínculos asociados a ellos.
 
2.- El Relato Fotográfico: Una vez tengamos la Tira Fotográfica, se solicita al paciente que efectúe un relato que incluya todo el material fotográfico aportado, “hilando” las diferentes imágenes. Esta técnica permite que sea el propio paciente quién enfatice “las épocas cargadas” y “matice” los diferentes periodos de su ciclo vital.
 
3.- Dramatizaciones: Consiste en seleccionar una fotografía, que puede ser clave o no, especializarla y plasmarla en una escena que se dramatiza. Este recurso, logra su máxima eficacia si contamos con Yo Auxiliares (en terapias grupales) que permitan recrear la escena total. Si contamos con ellos, se puede incluir el terapeuta en la dramatización (psicodrama).
 
4.- Petición de Series Complementarias: En diferentes momentos del proceso terapéutico, se puede utilizar como recurso táctico, el pedirle al paciente que traiga una determinada serie fotográfica que permita explorar más profundamente una determinada época o aclarar algún suceso: puede tratarse de temas monográficos (mi familia actual, las mujeres y yo, etc.) o fotos que completen algún tramo del ciclo vital del que no tenemos constancia gráfica (abuelos, boda, adolescencia, etc.)
 
5.- El reportaje fotográfico: Hay ocasiones en que la dinámica psicoterapéutica se estanca o se vuelve reiterativa, lográndose solo “insights cognitivos” (el paciente sabe, pero no siente) que lo único que hacen es fortalecer sus defensas, enlenteciendo el proceso de la cura. La técnica consiste en solicitar al paciente que efectúe un reportaje fotográfico actual sobre algún área o tema conflictivo que queramos movilizar.
 
En una ocasión estaba tratando a una adolescente de 16 años con unas relaciones familiares muy conflictivas. A esto había que añadirle que hacia poco tiempo que se habían trasladado a vivir a una nueva ciudad con el consiguiente desarraigo. La terapia se estaba desarrollando muy lentamente y apenas mostraba interés por nada. Le sugerí como tema y título del reportaje “mi familia”. Se mostró entre sorprendida e ilusionada. Al día siguiente trajo una serie de 6 fotos muy significativas por las “ausencias” de personas, siendo el protagonista de todas ellas su perro (del que yo no tenía noticia de su existencia), en quien tenia desplazado y proyectado todo su afecto. A partir de ahí, se le hizo evidente su problemática familiar, comenzando a dinamizarse el proceso terapéutico.
 
6.- Foto invisible: En esencia consiste en pedirle al paciente que realice un ejercicio de imaginación, solicitándole que imagine una foto que no tiene pero le gustaría tener. Esta técnica, permite explorar los deseos, las proyecciones y depositaciones del paciente. En ocasiones, actúan como verdaderas fotos encubridoras o claves. Continuará …

LA FOTOGRAFIA EN PSICOTERAPIA (y II) (FICHA 18)

Una vez que el paciente ha seleccionado el material fotográfico y nos lo entrega, tenemos que proceder a la organización de esa memoria icónica. Lo ordenaremos en la Tira Fotográfica Exploratoria o 1ª Serie Fotográfica que comprende la porción de espacio físico vivido por el paciente y sus ancestros, susceptible de ser encarnado fotográficamente.
 
Considero para cada paciente, una Prehistoria y una Historia. Con “prehistoria” me refiero a toda la época donde el material que se va a ver representado fotográficamente, corresponde a un tiempo donde el paciente aún no había nacido y llamo “historia” a todo el material fotográfico referido a la época donde el paciente ya nació.
 
Tipología Fotográfica
 
A lo largo de una Tira Fotográfica exploratoria existen diferentes tipos de fotos que por sus características exigen una mayor atención. Atención que permitirá efectuar un análisis más completo y una implementación técnica más útil para el proceso terapéutico.
 
Vamos a considerar los siguientes tipos de fotos:
 
1.- Fotos encubridoras: Son fotografías al servicio de negar alguna situación, relación o persona que es muy conflictiva para el paciente. Recuerdo que un paciente cuyos padres se llevaban muy mal, al presentar sus fotos, me mostró una de gran formato donde se veía a sus padres muy unidos y felices.
 
2.- Fotos Fantasmas:  Son aquellas fotos que el paciente “re-cuerda que las tiene” pero no las encuentra. En estos casos, suelo pedir que me la dibujen o que me la describan lo más fielmente posible. Puede tratarse de una foto que nunca existió en realidad y es producto de su fantasía. El tratamiento y elaboración técnica que le doy es como cuando se le solicita a un paciente que nos describa algún sueño que le impresionase mucho y que recuerde vivamente.
 
3.- Fotos Claves: Como su nombre indica, son aquellas fotografías que se convierten en centrales a lo largo del tratamiento. Suelen actuar como símbolos sintetizadores de información que encierran conflictos no resueltos y como tales, no es infrecuente que alrededor de ellas giren grandes “tramos” de terapia. Una buena señal que puede alertar al terapeuta sobre la existencia de alguna foto clave, es cuando el paciente relata que cuando le solicitamos las fotos, “pensó inmediatamente” en una determinada.
 
Análisis Fotográfico
 
En la técnica de construcción de imágenes que se utiliza en psicodrama, el proceso comienza con la búsqueda de una imagen interna del protagonista (indaga en su biografía); a continuación, se espacializa la imagen seleccionada y finalmente se plasma en una escena que se dramatiza. En síntesis, “se busca dentro y se plasma fuera”, se va de la biografía a la escena.
 
En la técnica del análisis fotográfico el proceso es inverso: primero se “encuentra” una imagen fotográfica en el álbum y después, se “busca” dentro de esa imagen la consonancia con el grupo interno del protagonista. En síntesis: “se va del álbum de fotos a la biografía”.
 
El paciente selecciona una determinada realidad y no otra, lo que quiere decir es que se trata de información significativa para ese psiquismo en particular. Es nuestro deber ayudarle a descifrarlo en sus múltiples niveles de significación (manifiesto, latente, contextual, etc). El resultado de esta búsqueda debe ser concretado en una Hipótesis Psicodinámica inicial, como un intento de comprensión global de la psicopatología del paciente. Todo esto se logra efectuando un trabajo conjunto entre las ópticas del paciente y del terapeuta, realizando una puesta en común entre lo que el paciente aporta y lo que el terapeuta piensa y siente frente al material suministrado.
 
Todos, y los pacientes no son una excepción, tenemos una leyenda de lo que nos pasa y por qué nos pasa, manifestando gran resistencia a cambiarla. Es decir, tenemos una especial capacidad para puntuar determinados hechos de nuestra realidad e ignorar otros, de tal manera que “nos inventamos” una nueva realidad y nos la llegamos a creer. En mi opinión, las fotos “como testigos objetivos” del pasado, permiten, apoyándonos en ellas, cuestionar las “realidades o supuestos” de hoy, pues no conviene olvidar que la realidad como tal no existe, sino que existen opiniones sobre la misma.
 
Si entendemos la vida del paciente como una “tira del tiempo” donde a manera de secuencia fotográfica se van transcribiendo las peripecias vitales, será importante en un primer análisis, estudiar las correlaciones entre su biografía y sus fotografías, de manera que podamos destacar resonancias y disonancias entre lo que “nos dice” en su biografía y lo “que vemos” en sus fotografías.
 
Para ilustrar lo que acabo de decir, voy a referir lo que sucedió en el tratamiento de un hombre exitoso y hecho a sí mismo.
 
 
Al mostrarme su Historia Fotográfica se detuvo en una fotografía de su infancia (ver imagen) diciéndome: “en esta foto se puede apreciar mi origen humilde y las calamidades de mi infancia. Fíjese que todos los niños de la foto llevan zapatos y yo soy el único que va en zapatillas. Esto le puede dar una idea de las privaciones que pasábamos …
 
Como puede apreciarse en la foto (es el niño del primer banco marcado con un círculo), el paciente cuando era niño, OCUPA UN LUGAR CENTRAL Y VISIBLE, donde no parece importarle mucho si llevaba o no zapatillas. Se le ve feliz y lustroso.
 
Le señalé que a ese niño de la fotografía no creía que le pasase lo que decía, puesto que si se hubiese sentido avergonzado no se hubiera situado en el primer banco y su expresión sería más triste e inhibida. Ante mi confrontación, se quedó perplejo. Ese contraste entre lo que “pensaba” y “veía” ahora, fue decisivo para situar su “leyenda” en los términos adecuados. 
 
Gracias a la memoria “objetiva” de la foto, pudo deshacer el malentendido de su memoria “subjetiva”. Sin el recurso fotográfico no su hubiera logrado ningún cambio en la “opinión” de la realidad vivida por él. Continuará …

LA FOTOGRAFIA EN PSICOTERAPIA (I) (FICHA 17)

A modo de introducción quiero señalar que fue en el año 1986 cuando comencé a trabajar e investigar en el campo de las «psicoterapias breves intensivas y de urgencia», intentando sistematizar la planificación y articulación de todo recurso terapéutico que ayudara a acelerar los procesos de cambio.

Fue mi amigo y maestro el «Dr. Kesselman»  quién me puso en contacto y me animó a investigar sobre dos de los recursos técnicos que más me han interesado profundizar en la clínica. Se trata de la utilización de la Autobiografía y las Fotografías a lo largo de un proceso terapéutico.

Voy a presentar en varios artículos, la síntesis de un trabajo que publiqué en el nº 62 de la «Revista Clínica y Análisis Grupal» en el año 1993, en la sección de Psicopatología y Psicoterapia, con el título de «La fotografía en psicoterapia».

Sabemos que por lo general, en el álbum de fotos familiar, suelen estar reflejados los sucesos más relevantes de la historia de cada familia en particular, y por tanto son portadores de un gran volumen de información, significativa y significante para cada persona que compone el grupo familiar. En ocasiones, las referencias icónicas no corresponden a las familias, sino a hechos que muestran nuestro poder o prestigio (fotos con personalidades, títulos profesionales, fotografías con trofeos, etc.). Los despachos y restaurantes están poblados de estos seres mudos que acompañan y significan.

Es necesario puntualizar que tanto la Autobiografía como las Fotografías son Documentos Personales y como tales, son fuentes de información privilegiadas, puesto que permiten el acceso a la historia de los personajes en un contexto dado.   Sabemos que todo material suministrado es portador de una gran masa de información, que como terapeutas, tenemos que ayudar a “historizar-situar”. Estos materiales son una “vía regia” de acceso a la subjetividad, permitiendo la lectura “in situ”, tanto de la “historia oficial” o “texto”, como de su ambiente o “contexto”.

Como herramienta exploratoria de trabajo “arqueológico”, se buscan “resonancias” que nos lleven a desvelar lo oculto (comparando el discurso verbal subjetivo del paciente, con la visión objetiva de lo que vemos en su material fotográfico) y por otro, como herramienta técnica, podemos intervenir sobre ese material facilitando el “cambio” terapéutico.

En la medida en que la percepción define siempre un espacio que es el presente y la memoria es la representación del pasado, llamamos Memoria Icónica a la sucesión de presentes “atrapados” en el Material Fotográfico. Se trata de “tiempos psíquicos congelados en un espacio” y por lo tanto, son imágenes “objetivas” y no meramente recuerdos como en la Autobiografía. Podemos decir de manera simplificada, que mientras la biografía nos revela una memoria “subjetiva”, la Historia Fotográfica nos muestra la memoria “objetiva” de una vida.

La consigna que imparto al solicitar el material fotográfico es la siguiente: “Reúna todas las fotos que pueda y que hagan referencia a su vida. Una vez que las tenga, y en solitario, proceda a ir seleccionando aquellas que sean significativas por agradables o desagradables, y que crea que yo deba conocer. No hace falta que Ud. figure en todas. El número final, no debe superar a 15. Fíjese cuales escoge y cuales rechaza y por qué”.   

También solicito la filiación fotográfica individual que está constituida por los cuatro datos siguientes: El número de la foto (la primera foto será aquella en la cual el paciente era más pequeño o no había nacido aún. Por ejemplo una fotografía donde se vea la casa de los abuelos), la edad que tenía en cada una aunque él no aparezca, un título y un breve comentario de cada foto. Toda esta filiación debe ir consignada en un papel adherido a cada fotografía en particular.

Con este material entregado ya disponemos de la “Tira Fotográfica Exploratoria” o “Primera Serie Fotográfica”, que comprende la porción de espacio físico vivido por el paciente y sus ancestros, susceptible de ser encarnado fotográficamente. Continuará …

LAS CRISIS Y EL TIEMPO

Captura de pantalla 2017-05-09 a las 22.51.17Nuestra peripecia vital transcurre entre los estrechos márgenes de la estabilidad y el cambio.

Como expliqué en un artículo anterior, en el momento del nacimiento todos somos sometidos a la exigencia de dos leyes inexorables: la ley de la gravedad y la ley de la angustia básica o existencial. Expuse cómo se generaba un «campo tenso» entre nuestros temores básicos (miedo a lo desconocido, miedo a perder lo conocido y miedo a la confusión) y la necesidad de tener que enfrentarlos para poder sobrevivir. Así pues, querámoslo o no, estamos a merced del cambio continuo porque la única constante en la vida es el cambio. Continue reading

LOS HEMISFERIOS DE TU CEREBRO: UN TRABAJO EN EQUIPO

nuezSabemos que el cerebro (como la nuez de la fotografía) está dividido en dos hemisferios que están unidos por el cuerpo calloso, que a su vez, está constituido por 300 millones de fibras de axones, que son las prolongaciones de las neuronas especializadas en transmitir los impulsos nerviosos. 

Desde los trabajos de Sperry, Vogel y Boyen en 1960, se ha concluido que los dos hemisferios son complementarios y trabajan juntos aunque con funciones bien distintas. Continue reading

MIRANDO AL SOL … SANÉ

El sol es la fuente primordial de vida en nuestro planeta. La luz solar tiene diversas bandas de frecuencia de luz ultravioleta. De los tres tipos de rayos ultravioletas: los rayos A (UVA) son los responsables del bronceado de la piel, los del tipo B (UVB) activan la síntesis de la vitamina D, que es primordial para la absorción del calcio y otros minerales, y finalmente, los C (UVC), casi totalmente absorbidos por la capa de ozono de la Tierra, eliminan bacterias, virus y otros gérmenes patógenos. Continue reading

EL CUADERNO: ARMA DE RE-CONSTRUCCIÓN MASIVA

Considero fundamental el primer contacto con el paciente, y es muy probable que en un porcentaje muy alto, el éxito de cualquier terapia dependa de ese primer encuentro.
 
Como terapeutas, desde el instante uno, debemos empezar a trabajar simultáneamente con el cerebro derecho e izquierdo (ver el post Los dos cerebros). Esto quiere decir que hay que estar procesando tanto la “letra” como la “música” de lo que el paciente dice y hace. Por ejemplo; hay que estar atentos a como se presenta, a su actitud corporal, al apretón de manos, si se vincula o no con la mirada, etc. Todo eso, ocurre en unos segundos.
 
Una vez presentados, empieza la etapa social de toma de datos administrativos. Esta etapa es substancial, porque permite que durante unos minutos, el paciente al ser preguntado por algo a lo que ha contestado en múltiples ocasiones, se pueda ir relajando (es más que probable que haya acumulado algunos nervios en la sala de espera). También se le da tiempo, para poder observar-calibrar al terapeuta y familiarizarse con el espacio físico de la consulta.    

Continue reading