A pesar de los continuos «avances», los seres humanos del siglo XXI somos criaturas exhaustas y víctimas del estrés. Nuestros cuerpos y mentes, que han sido moldeadas a lo largo de millones de años de evolución, se ven sometidos a cambios extremadamente rápidos que apenas podemos asimilar.
Ahí van unos ejemplos del cambio vertiginoso del que hablo:
- En el entorno físico, hemos inventado más de 10 millones de productos químicos artificiales que se añaden al agua que bebemos, al aire que respiramos, a los alimentos que comemos y a nuestros productos caseros más comunes. Es la salud que viene.
- En el entorno psicológico, nuestra experiencia del tiempo y el espacio ha sufrido un cambio drástico en los últimos cincuenta años. Hemos pasado del «tiempo cíclico« (marcado por las leyes de la Naturaleza), al «tiempo reloj«, y ahora estos inmersos en el «tiempo express«: Lo que antes podíamos hacer en una semana ahora lo hacemos en un día. La distancia que recorríamos en un día, ahora lo hacemos en una hora. ¿Quieres hablar conmigo? Conecta el móvil. ¿Quieres escribirme una carta? Mándame un email. ¿Quieres ir a algún lugar? Súbete a un avión.
