Blog del Doctor Cabau

Terapia Integral Planificada

CENTRO DE PSIQUIATRÍA DINÁMICA
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Mes: diciembre 2011

¿CUÁL ES TU PROBLEMA (III)? DEFICIENCIA EN VITAMINAS B3/B6/B12 Y ACIDO FOLICO

Como ya expliqué en el problema del diagnóstico en salud mental, hoy os voy a hablar de uno de los desequilibrios bioquímicos, que con mayor frecuencia, suelen provocar síntomas de enfermedad mental. Se trata de la deficiencia de vitaminas del Complejo B, y más específicamente, el déficit en B3, B6, B12 y ácido fólico (B9).
 
Estas cuatro vitaminas del complejo B, son las mejores amigas de nuestro cerebro y sin su ayuda los neurotransmisores no funcionan bien, en especial la dopamina, la adrenalina, la noradrenalina y la serotonina. Sin la cantidad suficiente de ellas, el cerebro puede empezar a producir una serie de sustancias químicas que nos pueden volver literalmente locos.
 
El cerebro, mantiene todo en equilibrio gracias a la “metilación”, y son estas vitaminas las que controlan este proceso tan importante. También intervienen frenando la producción de homocisteína, que provoca inflamaciones en el cuerpo y en el cerebro, señalándose como una de las causas probables de los problemas en salud mental.
 
No todas las personas necesitamos las mismas cantidades de vitaminas B, por lo que es mucho mejor en la práctica guiarse por los síntomas que por los análisis de sangre.
 
Los síntomas más comunes de deficiencia en estas vitaminas son:
 
 
  •                  Sensación de “irrealidad”
  •                  Escuchar los propios pensamientos
  •                  Ansiedad y tensión interior
  •                  Incapacidad de pensar de manera continua
  •                  Sospechar de la gente
  •                  Buena tolerancia al dolor
  •                  Ver o escuchar cosas anormales
  •                  Diarrea o problemas cutáneos al comienzo de los problemas de salud mental
  •                  Dificultad de llegar al orgasmo con el sexo
  •                  Tendencia al sobrepeso
  •                  Cambios frecuentes de humor
Según el Dr. Horford, si tienes cinco o más de estos síntomas, puede que merezca la pena que aumentes la ingesta de estas vitaminas durante dos meses y/o acudas a un especialista que pueda ayudarte.
 
Sabemos que la vitamina B3 (niacina) junto a la B12 y al ácido fólico (B9) ayudan a aumentar los niveles anormalmente bajos de histamina, que es un  desequilibrio asociado a las alucinaciones.
 
La vitamina B3 ayuda a eliminar el cobre y otros productos tóxicos del cerebro que aparecen asociados a la enfermedad mental. Mejora el suministro de oxígeno al cerebro y facilita el aprovechamiento de los ácidos grasos esenciales. Entre sus bondades también se encuentra la de ser responsable de que la síntesis de serotonina (neurotransmisor de la felicidad) se lleve a cabo.
 
Como veis, esta vitamina es fundamental para el buen funcionamiento de nuestro cerebro y la cantidad necesaria varia entre 1 y 6 gramos al día.
 
Uno de sus efectos secundarios, inofensivos pero molestos es que puede producir rubor, acompañado del aumento de la temperatura cutánea y un ligero picor (por mejora del flujo sanguíneo). Si aparece esta sensación, suele durar 30 minutos y luego desaparecen. Algunos fabricantes le añaden inositol a la B3, con lo cual el rubor desaparece.
 
Conviene no olvidar que cuando hablamos del Complejo B, nos referimos a las 17 vitaminas B que lo componen. Todas son necesarias para nuestro equilibrio, puesto que se comportan como un equipo, por eso suelo recomendar que junto con las anteriores se tome un buen Complejo B (a mi el que más me gusta, es el de los laboratorios Douglas).

«EN TERAPIA»

Hace poco tiempo descubrí una serie americana producida por la HBO ( Home Box Office, uno de los canales de televisión por cable y satélite más populares de Estados Unidos). Se llama In Treatmen (En Terapia). En nuestro país se estrenó en 2008 y ya van por la tercera temporada.
 
La serie, está realizada por el cineasta colombiano Rodrigo García (hijo de García Márquez), que además de ser hijo de tan ilustre padre, tiene en su haber la magnifica y sensible película nueve vidas (2005).
 
En terapia, es un remake de la serie israelita llamada «Be´ Tipul», creada por Hagai Levi, Ori Sivan y Nic Bergman. Lo novedoso de esta serie americana, es que se presenta en un formato de media hora de duración por episodio.
 
El hilo conductor de la serie, es Paul Weston, un psiquiatra cincuentón encarnado por el actor Gabriel Byrne. Cada episodio se centra en una sesión semanal (de lunes a viernes) con un paciente en particular. En la primera temporada (43 episodios), podemos ver los lunes a Laura; una joven doctora que logrará desestabilizar afectivamente al terapeuta. Los martes asistiremos a la sesión con Alex; un orgulloso piloto de guerra, con conflictos paternos y de identidad sexual. Los miércoles verá a Sophie; una adolescente con pulsiones suicidas y profundos conflictos familiares y finalmente los jueves; asistiremos a la terapia de pareja de Jake y Amy, atrapados en una relación autodestructiva.  
 
Debido a vicisitudes personales y profesionales, Paul le pide a Gina, una colega ya retirada a la que da vida la brillante Diane Wiest (Hanna y sus hermanas), que acceda a tratarle. De manera, que todos los viernes acudiremos a sus siempre interesantes sesiones de terapia. 
 
Por su formato, he llegando en ocasiones a imaginarme, que estaba asistiendo a una obra de teatro basada en la intimidad de unos diálogos potentes y creíbles. El ambiente que respira la serie, es intimo y acogedor, aunque algo claustrofóbico (apenas hay tomas de exteriores). Semejante despliegue emocional, plagado de miradas, silencios y diálogos, todo ello arropado por una escenografía acogedora y austera a la vez, exige de actores con grandes recursos técnicos y escénicos que hagan creíble lo que estamos viendo. Tan es así, que entre la serie y sus actores, se han repartido un Globo de Oro y 5 Emmys.
 
Como profesional, me es muy grato comprobar que en terapia, se plasma de una manera seria y respetuosa nuestro quehacer diario, alejándose de los gastados tópicos del diván perpetuo y el terapeuta somnolientamente mudo y ausente.
 
Hasta ahora, las representaciones de nuestro trabajo terapéutico en el cine, no pasaban de ser puras parodias, donde el psicólogo o psiquiatra era el personaje más excéntrico o loco de todos.
 
Recuerdo pocas películas donde se viera bien reflejada nuestra tarea. Sin pararme mucho en ello y para los que sintáis curiosidad, me vienen a la memoria gente corriente (1980) y el indomable Will Hunting (1997), como ejemplos dignos de mención.
 
Lo que a mis ojos le da valor a la serie, es lo que para otras miradas seria su peor defecto: la “perfección”, en el sentido de que son sesiones ideales.
 
Me explico: Los diálogos son impecables y certeros, lo que el terapeuta dice o hace es oportuno. Nunca duda, y si eso ocurre, sabe salir airoso. Tiene las preguntas y respuestas adecuadas. Recuerda todo lo significativo de la vida de sus pacientes, a pesar de no tomar ninguna nota. Hasta los silencios son medidos y significativos. Nunca se pierde en sus propios laberintos, y todo tiene una lógica que conduce al desenlace final.
 
Francamente, no me vendría nada mal, que los guionistas de la serie me echasen una mano en más de una sesión. Bromas aparte, precisamente es ese puzzle perfecto e ideal, el que nos muestra sus enormes posibilidades de aprendizaje.
 
Naturalmente que todo debe ser así en la ficción, porque sino el espectador se perdería y aburriría en la complejidad de una psicoterapia actual. Creo que la serie, logra dar una imagen realista de lo que ocurre en un espacio psicoterapéutico y eso es de agradecer.
 
Lo central, es que nos muestra la imagen de un profesional comprometido con su trabajo y centrado en los conflictos intrapsíquicos de sus pacientes, relacionando sus situaciones presentes con su pasado, sin perder la ocasión de esclarecer lo que viven y proyectan en él. Muestra muy bien el objetivo ultimo de la psicoterapia: ayudar al paciente, en el seno de un “espacio propio y seguro”, a reflexionar e integrar sus vivencias, en un todo con sentido que le permita seguir viviendo.
 
Creo que con lo dicho hasta aquí, queda claro que en terapia, me parece un producto televisivo más que interesante, y al que pienso “extraerle” todas las posibilidades de aprendizaje y enseñanza del que sea capaz. Para ello, “diseccionaré” algunos pasajes de episodios, que me permitan apoyar aquello de lo que esté hablando.
 
Como dato anecdótico para los que tenéis experiencia en psicoterapia, supongo que habéis observado que el Dr. Weston nunca saluda a sus pacientes y el contacto físico está prácticamente ausente (incluida su vieja amiga Gina). A mi juicio, eso se debe básicamente a un sesgo cultural anglosajón, que no le permite manejar bien esas distancias.
 

Os dejo con el primer episodio de la serie, que espero os resulte lo suficientemente interesante como para “engancharos” a ella. Si eso ocurre, podéis ver la serie online completa pinchando aquí.

                                            Primer episodio: Laura