Blog del Doctor Cabau

Terapia Integral Planificada

CENTRO DE PSIQUIATRÍA DINÁMICA
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Mes: octubre 2010

OBJETIVOS DE LA PSICOTERAPIA

Como médico psiquiatra, vengo observando en los últimos años, que a muchas personas les resulta de lo más natural acudir a la consulta del especialista. 

Antaño, esa situación era vivida por parte de los pacientes, con ciertos sentimientos de vergüenza y culpa al no ser capaces por sí mismos, de resolver sus problemas. Otra razón, no menos poderosa, y que no se ha erradicado aún del todo; era y es, que nuestros “éxitos” profesionales  suelen trascender muy poco; porque en general, una persona que haya sufrido y superado una depresión, pongamos por caso, no suele hablar de ello por temor a ser estigmatizada, mientras que si le han operado de algo, es más probable que no tenga ningún inconveniente en comentarlo.

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LOS UNIVERSALES PSICOLOGICOS

Los profesionales no tenemos todas las posibles respuestas para intervenir en cualquier situación, sea conflictiva o no. Sería tanto como pensar que se han logrado “aislar” todas las posibles conductas y reacciones humanas, plasmándolas en un libro a modo de vademécum (como ocurre con los fármacos, donde podemos consultar sus indicaciones, dosis, efectos secundarios, compatibilidades, principios activos, etc.) . Afortunada o desgraciadamente, no existe tal libro porque la realidad humana es tan compleja que cada uno de nosotros es un Universo particular.
 
Ahora bien, lo que sí es posible, al igual que ocurre con nuestra fisiología, es detectar y estudiar aquellos “universales psicológicos” que nos igualan unos a otros. Por ejemplo, si tomásemos una muestra de sangre de un grupo de sujetos sanos, veríamos que las variaciones en el número de glóbulos rojos se situarían entre 4 y 5 millones. Diríamos que en este caso, el fundamento o Universal fisiológico, se encuentra entre 4 y 5 millones.
 
En ningún momento diríamos ”hay que tener exactamente 4,7 millones de glóbulos rojos para estar sanos”. Se habla de rangos de valores o “márgenes de error fisiológico”, puesto que no somos máquinas y cada uno, está sometido a múltiples variables, entre las que podemos citar a modo de ejemplo; la edad, el sexo, la temperatura, el estado físico general, etc.
 
Suele ser habitual que me pregunten los alumnos o los profesionales a los que superviso, si tal o cual intervención psicológica fue buena o mala, si lo que hicieron en una ocasión fue o no correcto. Estas preguntas y otras similares, ya presuponen la existencia de “un modelo infalible de respuestas exactas” y como he dicho más arriba, no existen tales modelos.
 
Conviene dejar muy claro que no hay intervenciones buenas, ni malas. Solo hay intervenciones oportunas o inoportunas. Como ves, la “táctica”, es decir el tacto o el sentido común para intervenir en cualquier situación, es mucho más importante que la “técnica” con qué se haga.
 
Por este motivo, siempre le pregunto a mi interlocutor, que me cuente como fue el desenlace de su conflicto. Si me contesta que fue satisfactorio, es que hizo lo correcto. Esta contestación, parece digna de Perogrullo, pero efectivamente, hay un axioma en la comunicación, que se cumple a rajatabla: “ El resultado de la comunicación es la respuesta que se obtiene”. Si eres capaz de reconducir una situación difícil, es que estás utilizando la “técnica” correcta, sea esta consciente o no.
 
Cualquier profesional que se precie, debe estar abierto y dispuesto, a invertir en la adquisición de nuevas herramientas (ver el post la caja de herramientas), que le ayuden a mejorar su trabajo.
 
Estas “herramientas básicas”, se denominan Universales Psicológicos o Fundamentos de una técnica. Se trata de aquellos aprendizajes que nos van a dar una ventaja frente a interlocutores conflictivos. Lograremos ir siempre “5 minutos por delante de los acontecimientos” y eso, en la mayoría de las ocasiones, supone la diferencia entre el éxito o el fracaso de lo que nos proponemos.
 
Imagínate que quieres mejorar tu tenis con un buen profesor. El primer fundamento que te enseñará será el de saber coger bien la raqueta. Puedes pensar que eso es una tontería, porque ¿cómo no voy a saber yo coger una raqueta? Claro que sabes “sostener” una raqueta, pero lo que ignoras es que hay una manera de “sujetarla”, diferente según sea el golpe que vas a dar.
 
Las diferentes empuñaduras, son el resultado del esfuerzo y estudio de muchas personas que han dedicado toda su vida a profundizar en la técnica del tenis. No se trata de un capricho del profesor, sino de un fundamento básico de la técnica que enseña. Si le haces caso, cambiará tu nivel de juego. Inicialmente, es muy probable que pases por una fase de confusión y desánimo, que haga que no des pie con bola (ver el post unas palabras sobre el aprendizaje en psicoterapia) y tengas ganas de abandonar. Lo que te sucede, se debe a que hasta ahora, tu juego lo has ido construyendo compensando tus carencias técnicas.
 
Los resultados no serán inmediatos, pero conviene que recuerdes que todo lo que merece la pena en la vida, lleva tiempo conseguirlo y no hay atajos. Continuará …

LA FOTOGRAFÍA EN PSICOTERAPIA (y V) CASO PRÁCTICO

Esta foto titulada «las familias«, está constituida por formas naturales sociales que configuran dos grupos familiares. Ambos delimitan el espacio, como forma biológica primaria de reacción de sobresalto frente a la naturaleza hostil (fuerte ráfaga de aire junto al acantilado).

Como vehículo expresivo predominan los cuerpos y la distribución del espacio. 

Como relaciones entre las formas destaca la fuerte complementariedad madre-hijo de máxima protección y contención (la madre a pesar de tener las piernas y la pelvis adelantadas y estar embarazada, logra «dar cabida» al niño, cerrando un vínculo simbiótico-contenedor), mientras que el otro grupo familiar, no logra consolidar un círculo defensivo y más bien se sugiere un enmarañamiento sin cohesión de grupo (expresando temor en la configuración de su espacio).

En cuanto al espacio, el manejo de la altura es diferente: la mujer embarazada se mantiene erguida, sugiriendo un mayor control yoico de la situación, con un código intraespecie de protección de la prole. El otro grupo familiar pierde altura, se despliega en círculo y cunde el pánico buscando alturas más regresivas al quebrarse la verticalidad de sus miembros. Miran al suelo como seguridad ancestral y referencia segura.

Sabemos que los elementos yoicos están simbolizados en las «zonas altas» (observación, vigilancia, estrategia), mientras que en las «zonas bajas» predominan los procesos más regresivos y emocionales.

En la foto, se delimitan claramente dos configuraciones: la mujer embarazada con su hijito, configura una linea vertical y el grupo familiar sugiere la formación de un círculo que confluye en la niña, apartándose del abismo que supone el acantilado (sálvese quién pueda).

Se trata de una imagen cargada de tensión-movimiento: la mujer embarazada sigue la  deambulación con un movimiento de torsión expresado por la posición en planos distintos de los centros de equilibrio (pelvis adelantada y hombros más atrasados). En el grupo, hay mayor movimiento. El niño, guiado por la madre, inicia la marcha sin tensión conectado con su núcleo del Yo. La madre muestra una gran torsión corporal, con la mitad superior del tronco buscando apoyo y la otra mitad disociada en plano diferente.

En la niña hay una fuerte tensión muscular y en el abrazo del padre se refleja una gran oposición de formas, puesto que el abrazo puede ser de protector o de necesidad de ser protegido.

Como estudio semiológico, es importante destacar la existencia del acantilado y el viento, como símbolos de las fuerzas incontroladas de la naturaleza.

La foto es interesante porque fue espontánea. Los seis protagonistas iban paseando junto al acantilado, cuando de pronto fueron alcanzados por una fuerte ráfaga de viento. En ese mismo instante cada grupo familiar se dividió como respuesta de protección ante la hostilidad natural. La mujer embarazada con el niño en brazos, constituye una familia y el matrimonio y los dos niños se conforman como grupo aparte.

Ante un estimulo hostil cada persona de la fotografia ha respondido de una manera peculiar. Ha habido una «dinámica vincular» que nos habla de ellos y de la relación entre ellos.

¿Qué nos llama más la atención en esta fotografía? Seguramente el contraste entre la serenidad y protección de la madre al hijo (contiene y abraza al niño, cerrando un círculo contenedor, a la vez que se vincula con una mirada de petición de ayuda hacia el que está haciendo la foto que es su marido). En el otro grupo hay confusión. Todos convergen hacia la niña, el padre no se sabe si protege o se protege y la mujer no encuentra soporte en el hombre, mientras el pequeño escapa.

LA FOTOGRAFIA EN PSICOTERAPIA (y IV) CASO PRÁCTICO

En este artículo quiero a través de un caso práctico, plasmar los aspectos teóricos que he explicado en anteriores artículos (FICHA 17, FICHA 18 y FICHA 22).

En esta foto titulada «Mi abuelo y yo«, se pueden ver dos formas naturales psicológicas cuya expresividad se centra en el cuerpo. Mas concretamente en las mirada de ambos. El anciano mira directamente al objetivo de la cámara y el niño un poco más arriba (al fotógrafo que en este caso era su padre).

La expresividad también se centra en la convergencia de los cuerpos hacia la línea media de la foto. La mirada y la presión de la mano derecha del niño sobre su abuelo, sugiere que ese contacto corporal está mediatizado por la “sugerencia” del fotógrafo, apreciándose en el niño gran voluntariedad para cumplir con la consigna. Se establece gran complementariedad entre el niño y el fotógrafo, mostrándose entre ambos unos roles bien desarrollados.

El “texto” de la foto queda significado por el “contexto” de la ausencia significativa del fotógrafo. Se trata de una foto bicorporal y tripersonal, puesto que hay dos formas presentes y una ausente que da significado a toda la escena. Entre el niño y el abuelo se establece una relación YO-YO puesto que aunque existe contacto corporal no tienen roles vehiculizantes (ambos están posando para el fotógrafo).

Una vez descrita la sintaxis de la imagen, veamos algunas posibles aplicaciones clínicas:

Se trata de una foto donde aparecen las tres generaciones de descendencia masculina, por lo tanto es una imagen de gran potencialidad de información significativa.

Se hace crucial para el análisis saber quién trae la foto como paciente.

Vamos a imaginarnos algunas posibilidades:

1.- Si el paciente es el fotógrafo hay que estar muy alerta al comentario de la foto. Podría mostrarla con orgullo diciendo algo así como. “traigo esta foto porque me encanta lo bien que se llevaban los dos”.

2.- Si es el niño, hay que ver la “preocupación” que muestra por agradar al padre y por cumplir lo que de él se espera, confirmando si ese tipo de vínculo se ha mantenido durante su vida.

En la foto vemos, que aunque el niño se vincula físicamente con el abuelo, la verdadera vinculación emocional se establece con el padre a través de la mirada que no es a la cámara, sino “un poco más arriba”.

El niño, puede mostrar la foto diciendo: “traigo esta foto porque es muy agradable para mí. En ella se aprecia claramente el amor que sentía por mi abuelo”. Al terapeuta le puede llamar la atención la disociación del niño (formas opuestas), manifestada en su mano derecha que contiene-dirige al abuelo y la mirada al padre. Es una disociación que puede responder a múltiples significados. Significados que el terapeuta tiene que indagar con el paciente: ¿Se trata de un niño sumiso? ¿Es excesivamente responsable?, etc.

Es posible que ese afecto hacia el abuelo sea real, pero no es menos cierto que la foto “habla” de otra manera, puesto que relata que el niño está totalmente vinculado y entregado a la relación complementaria con el padre-fotógrafo. Todo esto puede hablar de un buen vínculo paterno filial, pero también nos puede mostrar una parte de la historia vincular con la figura paterna. En cualquier caso, los señalamientos oportunos por parte del terapeuta, sobre las diferentes posibilidades de lectura de la imagen, le ayudarían al niño-paciente a ratificar, rectificar o enriquecer su visión de la relación que ha tenido o tiene con esas figuras de referencia.

Si el motivo de consulta tuviese que ver con la relación conflictiva con el padre, esta foto permitiría comenzar un rastreo de la historia con sus vicisitudes vinculares (exploración genética del conflicto). Para ello, solicitaríamos una segunda serie fotográfica de fotos con el padre.

En esta fotografía la clave está en el análisis del espacio y más concretamente en la direccionalidad de las miradas. El abuelo mira a la forma social de la cámara y el niño a la forma natural ausente-presente que es su padre y que condiciona y significa toda la fotografía.

LA IMPORTANCIA DE LA NUTRICIÓN EN PSICOTERAPIA

gordosAnte el título de este artículo, la primera pregunta que seguramente os estaréis haciendo más de uno es: ¿Qué demonios hace un psiquiatra hablando de nutrición? Sé que no es muy habitual que un profesional de la psiquiatría, no solo se interese por este tema, sino que además, lo utilice todos los días en su práctica clínica. 
 
Soy un verdadero entusiasta de la prevención en todos los ámbitos de la vida y en ese sentido, tengo que decir, que mientras que la medicina actual es fantástica para todo lo “agudo” (te operan o te trasplantan de cualquier cosa), deja mucho que desear en el terreno de lo “preventivo” (las medicinas naturales nos dan mil vueltas). A mis colegas cirujanos, muchas veces les digo medio en broma, que la cirugía es el fracaso de la medicina, porque cuando uno tiene que pasar por el quirófano, en general es que ya «nos hemos pasado siete pueblos”.

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